Tuesday, January 02, 2007

El despertar


Abro mis ojos y contemplo las puertas sobre mi espalda. La luz de esta noche es tan enceguecedora que pareciese ser cómplice de la incertidumbre que nace en mí; seguramente, esta sensación es causada por por el temor a no saber qué es lo que está enfrente; Sí, debe ser eso, nada más que eso. Sin embargo, este autoconvencimiento, no es, ni nunca ha podido satisfacer mi duda, no es más que otra cara del temor a lo desconocido, no es más que la egoísta creencia de que podemos comprender el misterio del mundo, sólo importancia personal que en este lugar se convierte en un pesado lastre, una carga totalmente innecesaria para cualquier viaje; es por eso que debo dejarlo, debo dejarlo ahora mismo, no debo pensar en dejarlo, debo dejarlo.

Me he dado cuenta que en este lugar, la voluntad de acción y movimiento es distinta a lo que se podría llamar la voluntad del mundo cotidiano; seguramente se debe a que la sensación corporal en este plano es también muy diferente a la habitual: aquí, luego de dejar el peso que acarreaba, me siento vaporoso y ligero, sin temor. Aquí siempre es presente, y todo lo que es, lo es en tiempo presente. Como no existen en este mundo ni los remordimientos ni las expectativas, cada vez que los traigo desde lo cotidiano, son seguidos por profundos dolores, sensación de pesadez y náuseas, por lo que generalmente evito venir con estos invitados no deseados.

Este resplandor sigue aquí y nada puedo ver. Mis pensamientos son perturbados constantemente por el extraño efecto que produce esta luz ambarina en mi ser: una presión en la base del estómago que me compele a liberar algo escondido, a romper una pared desde dentro, a rasgar una vestidura que durante mucho tiempo ha estado en mi vida, a salir. Siento miedo, pero no es la misma sensación que sentía antes; ahora este miedo es vértigo, sensación de caer profundamente en un abismo, de explotar y convertirme en infinitas partículas del universo y sentir que cada una de ellas tiene conciencia de si misma. Estoy en todas partes y también estoy en ninguna parte, el vértigo no sesa, por el contrario, aumenta su intensidad. Siento que no aguanto más, estoy muriendo, pero nunca antes me había sentido más vivo, el desenlace es inminente y de pronto: un grito sordo.

Me llama esta presencia,
Futuros, luces esencias,
Me llama esta presencia,
Destello de la conciencia,
La conciencia, la conciencia!!!

Por un momento todo se convierte en soledad, abro mis ojos y estoy de nuevo en el mundo, la luz es la luz de un día del mundo y todo es igual. No!, nada es igual, me dice una voz a mi izquierda. Miro en todas direciones y no hay nadie. Hoy has despertado, me dice otra voz. Esa voz solitaria se multiplica y noto que no es sólo una , sino son varias, femeninas y masculinas. Cada una de ellas parece decirme algo y luego sonreir.

Despues de un largo lapso de explicaciones, confusiones y cansancio, me convenzo de que nunca podré sistematizar racionalmente toda esta experiencia, debido a que cada uno de los elementos que la componen, no pertenecen ni se asemejan a las experiencias a este mundo, no existen conceptos en mi inventario para tratar de darles forma. Humildemente trato de resignarme a la tarea de recapitular lo vivido y guardarlo en mi ser.

Quisiera saber a quién pertenecen estas voces, y algo en mi responde: Todo a su tiempo.

Queridos compañeros de viaje: quisiera resumir todo en una palabra:

INTENTO!

1 comment:

Anonymous said...

Recuerdo un dia o acaso una noche... donde me dijieron " ponte tu armadura, que haremos un viaje de guerreros"...
¿De que me hablaban?...-de la Conciencia, la Libertad.

Saludos Viajeros...