Monday, October 30, 2006

Noche del conocimiento silente


Despierto de noche y siento el pulso de un planeta en silencio. Es de noche y siento en ella un clamor casi inaudible, un leve murmurar, un susurro lejano gestado en un encierro. Como campanas de catedral, las nubes, misteriosas antesalas estelares, pareciesen enviarme un mensaje oculto, un códice secreto por descifrar, una llave hacia el infinito.

Curiosamente, es a veces la misma oscuridad la que nos permite vislumbrar y enfocar nuestra vista hacia el frente, y así, ver la invisible barrera que nos separa de la otra realidad. Es el mismo esfuerzo que hacemos por dar forma a las sombras, el que nos fuerza a enfocar desde otra perspectiva, una mirada no evidente para la razón, la cual se ve relegada a un pequeño espacio de nuestro ser. Al mirar las sombras nocturnas, no se si por casualidad o causalidad, se gesta un mágico vórtice, una brecha casi siempre durmiente, donde los delirios del tiempo pasan a ser huellas y pasos de una perdida "Otra parte"; un remoto "Otro" arcano y extrañamente familiar, un posible reflejo de nuestro Ser en el otro mundo.

Es de noche, y es una noche más oscura que las demás. Debo aprovechar que mi razón duerme y utilizar este tiempo precioso para dejarlos entrar; permitir que la enseñanza y el conocimiento se levanten sin apuro desde su eterno letargo, hacer caso de la invitación que se me hace; verlos presentes y latentes desde el propio ser, tan presenciales y esenciales como un espejo.

Esta noche sólo hablamos de otredad, hemos ganado una primera batalla a la razón inquisidora. Por un momento pudimos olvidarnos de la aparente dictadura en que vivimos y hacernos responsables y concientes de lo que llamamos realidad; hacernos concientes de cada palabra que hablamos, de cada pensamiento que somos capaces de concebir, y hacernos concientes de cada acto motivado por palabra y pensamiento.

Queridos compañeros de viaje:
La noche siempre puede ser día, al igual que el día puede ser noche. Sólo está en nosotros la respuesta a la pregunta por la realidad y el sueño; fuimos, somos y siempre seremos los dueños de la libertad de nuestro propio Espíritu.

Siempre que preguntemos por el sentido último de la realidad, estará en nosotros un "No Se"; sin embargo, no debemos desalentarnos, porque esto nos llevará a lo inevitable, a la decisión, acto que siempre es signo de valentía y madurez. Dejemos que la incertidumbre se transforme en fuerza libertaria, energía y metamorfosis; permitamos que este simple "no se" se transforme en la anhelada llave que nos abre las puertas hacia la eternidad.


No se de momentos ni de lugares,
De dormires ni despertares;
Sólo se de lo Otro:
Siempre misterio camino incierto
Ruta para conocer,
Viaje ansiado hacia nuestro Ser.