Monday, December 04, 2006

La mente es el volador


Otra noche de otredad, otro momento para nacer desde las cenizas de nuestra otra parte. Esta noche nos estamos viendo y tú también lo haces; vamos, navegamos y regresamos casi eternamente en los parajes del universo. Nos podemos ver efectuando extraordinarios actos; nos seguimos viendo. En este tiempo sin forma hemos podido perder el miedo, y seguimos caminando, avanzando por dunas de sal y sagrados espacios siempre silenciosos, que hablan siempre a nuestro interior. Seguimos andando y este camino parece ser de años. Sin embargo, este tiempo no nos hace pesados, por el contrario, constantemente nos transformamos en río y afluente, en lava refulgente de la oscuridad, en viento y profundidad. En este momento somos el ser que siempre hemos esperado, el que siempre hemos sido, somos porque nos estamos recordando, y mientras lo hacemos, podemos percibir el tejido luminoso que nos separa del infinito. La fluidez de esta noche nos muestra la verdad irrefutable de nuestro ser luminoso, cuyo potencial se encuentra más allá de los límites de nuestra razón.

- Nuestra razón?
- Así es sombra amiga. Tal cual hemos descubierto, es la razón la que nos hace sentir limitados, vernos incapaces, mejor dicho, no deja vernos.

Pero esta noche es especial. En nuestro acecho hemos tenido un encuentro; hemos descubierto a un alojado sin invitación. Hay alguien que descansa tranquilamente porque sabe que no lo están buscando, simplemente no lo hacemos porque no sabemos que existe. Sin embargo, nuestro sentido lo ha visto de frente, ha visto su ardid y su intención, ha visto cómo se nos extrae parte de nuestro ser, cómo vive alimentándose indiscriminadamente de nuestra energía vital. En la cotidianeidad lo percibimos como frustración, enojo sin justificaciones, rabia sin motivos, deseos de permanecer quietos y principalmente en la falsa creencia de que somos seres terminados, a quienes no se les puede ayudar. A esto lo llamamos ego. Este ego es quien niega nuestras posibilidades.

- ¿Cómo podemos reconocerlo?
- Sabemos que aloja en lo que llamamos mente y que su mayor engaño es hacernos ignorar o negar su presencia. Constantemente intenta manipularnos e imponer la falsa idea de que tenemos total control sobre nuestra vida y nuestros actos. No obstante, si esto fuera así, siempre podríamos elegir estar bien. Este volador es una gran barrera que se nos interpone en el camino hacia la libertad, ya que es él quien nos limita a vivir en un inventario de conceptos e ideas que satisfagan nuestra idea de mundo, que satisfagan nuestro enorme ego. Así, fácilmente muchos seres humanos viven toda su vida sin saber de su existencia, toda una vida creyendo por realidad sólo una interpretación, una imagen de esta. El ego nos nos lleva a olvidar, a cerrar y ajustar nuestra existencia a un patrón dado, donde los sueños no pasan de ser tales y llegan a ser parte del cajón llamado fantasía. Por ejemplo, en el deseo de volar, el deseo de libertad, en la posibilidad de percibir y recibir la llamada hacia el infinito. Aquí, la misma historia humana nos ayuda a corroborar la existencia del volador, donde todo quien se ha atrevido a hablar de libertad y de sueños , ha sido catalogado como loco, insano y enfermo. Ese es el gran truco del volador, hacernos creer que no existe.

Pero esta noche es distinta, y mientras duerme este alojado, liberaremos nuestro delirio de libertad a través de esta crónica, que es canto vivo a la conciencia, nuestro bastión, nuestra torre en tiempos de tempestad. Somos seres en guerra, y como tales, nuestro canto del presente nos invoca a moldear nuestra percepción nuevamente.

Cuidado con la serpiente,
Cuidado del cascabel,
No juegues con la suerte
Con la muerte en el papel.

Compañeros de viaje: Por mucho tiempo se nos hizo creer que teníamos límites para nuestro ser, hoy sabemos que no los hay. Como en todos nuestros encuentros, la invitación es a elegir un camino con corazón y permanecer despiertos, con nuestras pupilas siempre atentas. Que hayamos reconocido al enemigo, no significa de ninguna forma que le hemos ganado. Quien quiere hacerte creer que ya has triunfado es el mismo volador!

Quienes conocen el camino, tienen certeza que la lucha es hasta el último día, hasta el último segundo y como decía un guerrero: Sólo hay tiempo para la libertad.

Sidera Lantay.






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